El pasado, perverso, se burló de nosotros. Nos vinculó en el momento equivocado. Quedamos desfasados siempre. Pero el pasado, en cierto punto, nos une y el presente, de manera irónica, nos junta. Una mirada nos reúne nuevamente. Nos reúne y reaviva algo que el vil pasado había enterrado. El futuro espera. El futuro es nuestro.
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