Estaba hundido en la oscuridad. Me movía buscando un poco de luz que me ilumine y me aleje de las sombras. Un fuerte resplandor verde me despertó, me invitó a que lo siga. A que lo siga, y me aleje de la soledad de la penumbra. Dos faroles verdes que me secuestran la mirada y me llevan por su camino.
lunes, 18 de abril de 2016
Fugaz
Los dos sabíamos que no nos quedaba mucho tiempo. Ambos entendíamos que ese era nuestro último momento. Ninguno de los dos dijo nada, pero nos dimos cuenta que algo pasaba. No logramos encontrar la excusa para encontrarnos y ahí se terminó todo lo que proyectábamos. Con una última mirada nos despedimos para siempre y, por obra del destino me vi obligado a abandonarte en contra de mi voluntad, sabiendo que no volvería a verte nunca más.
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